
Cuando supe de la existencia de Regina, me dio tanto miedo...
Miedo de perder cosas, personas, espacios, momentos, silencios y ruidos. Principalmente me daba miedo perder a dos personas o el contacto con éstas. Pero no, una de estas dos personas sigue en mi vida, distante (como siempre) pero presente y con cierto interés ahora en las dos.
La otra persona era yo misma, temía perderme entre los pañales, las desveladas y los cuidados hacia Regina. Después de todo y a pesar de todo siempre fui sólo para mí. Sin embargo Regina misma me enseñó que no era para tanto mi angustia, al contrario...
...Yo sigo siendo yo; PERO AHORA SOY MÁS.